BIOGRAFIA DEL MAESTRO FENG



Maestro Feng Zhi Qiang nació en el 1928 en la aldea de Shulu de la provincia de Hebei. De joven aprendió una gran variedad de estilos de Shaolin  como Tongbeiquan (un estilo que imita los movimientos de los grandes primates), Xingyiquan (literalmente traducido como el estilo del Coraz¢n y la Mente) y Baguazhang ( la Palma de los ocho trigramas) con diversos maestros antes de dedicarse al estilo Chen.
Su abuelo era un gran maestro de Wu Shu condecorado por el ejército imperial de la dinastía Qing (1644-1911). De pequeño, el maestro Feng sentía fascinación por el entrenamiento que su abuelo de 80 años hacía con dos cimitarra cuyo peso alcanzaba los 75 kgs cada una. Su infancia se impregnaba del espíritu de Wu Shu.
A los 8 años empezó a practicar de Tongzhiqong con su tío Wang Yun (una práctica especial para niños de la escuela de Shaolin), fundando así una base sólida para sus formaciones posteriores.
Se mudó a Beijing a los 11 años. Sus fantasías sobre las aventuras caballerescas le llevaban, en muchas ocasiones, a pelear con otros niños en defensa de los débiles. Su fama de niño luchador se extendió por todos los barrios  y muchos niños evitaban cruzar su barrio para no enfrentarse con él. Los vecinos estaban convencidos de que el niño Feng se convertiría en un adulto problemático y violento.
Para la suerte de todos, la profecía popular no se cumplió. Comenzó a trabajar en un taller de electricidad, pero aprovechaba cualquier momento para fortalecerse logrando así una fuerza descomunal para su edad. Sin embargo le faltaba pulir las  técnicas. A los 17 años inició la práctica de la Palma de Hierro con el maestro Han Xiaofeng in Cangzhou, la cuna de Wu Shu. Obtuvo logros muy impresionantes en poco tiempo. Al año de la práctica, llegó a romper con un solo golpe de la palma tres lápidas de piedra de dos pulgadas de grosor y un metro de largo. Cuando conoció al maestro Tian Xiouchen del estilo Xingyiquan, éste le aconsejó que como tenía muy buena formación física,  debería dedicarse a trabajar el sistema interno para poder desarrollar otro nivel más sutil de práctica. El maestro Feng siguió su recomendación y empezó a practicar el Xingyiquan con él. Después el maestro Tian le presentaría al maestro Hu Yaozhen para que pudiera perfeccionarse. Fascinado por el nivel de práctica del maestro Hu, el maestro Feng pidió ser su discípulo.
Tras dos años de entrenamiento exhaustivo, el maestro Feng logró cultivar una gran potencia interna dentro de su cuerpo - el Chi. Satisfecho de los logros de su discípulo, el maestro Hu le recomendó al maestro Chen Fake, nieto del maestro Chen Changxing 14ª generación descendiente del creador del estilo Chen, el maestro Chen Wangting.  En esta época, apenas se conocía el estilo Chen.  Se podía ver practicantes de muchos estilos de Wu Shu en los parques, pero nadie trabajaba el Tai Chi Chuan del estilo Chen. Por lo tanto el maestro Feng desconocía por completo este estilo. Entonces el maestro Hu le explicó que el estilo Chen era transmitido del maestro al discípulo de modo muy privado y nunca se practicaba en lugares públicos. Y así, el maestro Feng Zhi Qiang se inició en la práctica del estilo Chen con el maestro Chen Fake a los 24 años por la recomendación de su maestro taoísta. El maestro Feng estaba considerado como uno de los discípulos más prometedores por su diligencia y esfuerzo en perfeccionar la práctica. Después el maestro Chen Fake le transmitió las técnicas de Tuy Shou del estilo Chen.
Durante esta época,  el maestro Feng trabajaba en una fábrica de materiales eléctricos sin que sus compañeros supieran que sabía artes marciales hasta un día ocurrió un accidente. Se le cayó encima una máquina de unos 500 kgs, bajo la despavorida mirada de sus compañeros, el maestro Feng sostuvo la máquina y la puso en su sitio con toda la naturalidad. Fue cuando se dieron cuenta de la fuerza interna que él poseía. Hoy en día los trabajadores mayores de 60 años de esta fábrica todavía comentan el suceso con admiración.
En el año 1953, el maestro Chen Fake y el maestro Hu Yaozhen fundaron la primera escuela para la enseñanza del estilo Chen y de la medicina China. A la inauguración acudieron personajes celebres del mundo de las artes marciales chinas. A partir de entonces, el estilo Chen fue cogiendo fama en Beijing y se extendió por muchos lugares del norte de China. El maestro Chen Fake murió de enfermedad en el año 1956 a los 71 años. En su lecho de la muerte, exhortó a su hijo, el difunto maestro Chen Zhaokui y al maestro Feng a seguir practicando con diligencia y a aprender las esencias de otros estilos con una mente abierta para enriquecer el estilo Chen.
A sus más de 80 años, el maestro Feng sigue dedicando su esfuerzo en divulgar los conocimientos legados de sus dos maestros. Es el Presidente de la Asociación del estilo Chen de Beijing, miembro del Consejo de varios organismos de Wu Shu, Asesor Técnico del Monasterio de Shaolin. Tiene asociaciones de su nombre y su estilo, Chen Xi Xin Yi Hun Yuan Tai Chi Chuan, en los Estados Unidos, en Canadá, en Europa y en toda Asia.
Por sus profundos conocimientos, y sobre todo, por su carisma y su sencillez, el maestro Feng es uno de los maestros de Tai Chi Chuan más respetado dentro y fuera de China. En realidad “Tai Chi” es un concepto primordial de la filosofía Taoista y el nombre de “Tai Chi Chuan” denomina al estilo de arte marcial cuyos principios surgen de esta filosofía. Desde su legendario creador Zhang San Feng hasta el día de hoy, han florecido muchos linajes como la Escuela Chen (la más antigua), la Escuela Yang, la Escuela Wu, la Escuela Sun, y otras más. Las prácticas de todas las Escuelas son diferentes con respeto a sus expresiones externas, sin embargo, todas deben poseer el mismo sentido interno y la misma finalidad. 
La aparición de todos estas Escuelas a lo largo de los 3 últimos siglos es debido a una evolución espontánea de los maestros creadores de cada uno de estos estilos. La experiencia de décadas de prácticas, la comprensión profunda de la filosofía taoísta y el desarrollo progresivo de las aptitudes de cada maestro son algunos factores que pueden llevar a la creación de un estilo. Éste es el caso del linaje Chen Xi Xin Yin Hun Yuan Tai Chi Chuan.  Su creador, el maestro Feng Zhi Qiang es discípulo directo de dos grandes maestros, los maestros Chen Fake y Hu Yiao Zhen.
Para comprender la esencia de este estilo, hay que conocer primero el fondo histórico de su nacimiento.

El maestro Feng Zhi Qiang es discípulo directo por ceremonia de los difuntos maestros Chen Fake y Hu Yiao Zhen. Para los practicantes del Tai Chi Chuan, el nombre del maestro Chen Fake ya es todo un mito. Era el 17ª generación del linaje Chen y uno de los maestros más legendarios por su destreza marcial. El maestro Hu Yiao Zhen poseía conocimientos muy profundos sobre las prácticas taoístas del cultivo de la energía. Pertenecía también a la afamada Escuela Secreta de la Puerta de Dragón. Era médico-acupuntor de profesión. Fue pionero en implantar los trabajos energéticos como tratamientos coadyuvantes en los centros sanitarios gubernamentales. Definió a estos trabajos energéticos con este nombre contemporáneo que todos conocemos como el Qi Qong. Por lo tanto, recibió el apodo de “el Padre del Qi Qong”.
El maestro Feng Zhi Qiang recibía de una manera directa y personal todas las transmisiones de estos dos grandes maestros.
Fusionó en el estilo originario de Chen todas las prácticas taoístas del maestro Hu y creó el estilo Chen Xi Xin Yi Hun Yuan Tai Chi Chuan hace unos 30 años
El estilo de Hun Yuan Tai Chi Chuan engloba varios sistemas de ejercicios de Qi Qong, formas de manos libres, formas de armas y prácticas meditativas. Todos estos trabajos están enfocados para cultivar los tres aspectos del Tai Chi Chuan: terapéutico, marcial y meditativo. Mucha gente relaciona el Tai Chi Chuan solo con los ejercicios lentos cuya finalidad es mejorar la salud del practicante. Sin embargo, una escuela completa de Tai Chi Chuan debe reunir estos tres aspectos. Y así se contempla en el estilo de Hun Yuan Tai Chi Chuan.

Cada uno de los ejercicios lleva en sí estos tres sentidos: el sentido de aplicarse como técnica de combate, el sentido de conducir y guiar el Qi por toda la estructura interna del cuerpo y el sentido meditativo de la fusión del Qi corporal con el Qi universal. En el Hun Yuan Tai Chi Chuan, podemos ver la aglutinación perfecta de estos tres sentidos. No hay carencia ni exceso. Todas las prácticas coinciden en el mismo camino. Cuando estamos practicando, ya sean los ejercicios del Qi Qong, ya sean las formas, estamos constantemente cultivando el Qi inmersos en  un estado lúcido de meditación.  Y gracias a todas estas grandes virtudes, Hun Yuan Tai Chi Chuan se ha convertido en uno de los estilos más elogiados por los maestros y practicantes de hoy en día. 


LOS TRES DANTIAN

El Chen Shi Xin Yi Hun Yuan Taijiquan, o Hun Yuan Taijiquan, es un sistema contemporáneo creado hace unos treinta años por Feng Zhiqiang, el único discípulo vivo del legendario Chen Fake y último receptor de su transmisión directa. A sus 81 años, goza de una salud envidiable tras haber dedicado casi siete décadas al Taijiquan y a las prácticas internas recibidas de Chen Fake y de Hu Yaozhen, su otro maestro.
Hu Yaozhen se inició en las prácticas tradicionales de medicina china, artes marciales y alquimia taoísta a los 16 años y fue embebiéndose del saber de estas tres ramas de la mano de sus diecisiete maestros. Algunas de sus prácticas internas provenían de la escuela taoísta de la Puerta de Dragón, una de las más renombradas de China.
Actualmente el Hun Yuan Taijiquan, un compendio de las enseñanzas más relevantes del estilo Chen y de las prácticas alquímicas taoístas, es uno de los estilos más reputados de este arte. Cuenta con diferentes formas de manos libres y con armas, prácticas de Qigong y de Tui Shou y trabaja todos los aspectos de esta antigua disciplina: el terapéutico, el marcial y el alquímico.
Siendo un sistema interno, la base de todas las prácticas del Hun Yuan es el cultivo del Qi, por lo que el Qigong es uno de sus pilares fundamentales. Entre sus métodos se encuentran el Hun Yuan Qigong, el Chan Si Gong, el Tai Li Gong, el Fan Song Gong y el Qigong con bastones cortos. Unos sirven para estirar meridianos y desbloquear articulaciones, otros para activar el movimiento del Qi. Quizás el trabajo más interesante y sin embargo el menos conocido del sistema Hun Yuan sea el Fan Song Gong, un conjunto de 18 ejercicios que sirve para alcanzar la relajación consciente o Song. Pero de los detalles del Fan Song Gong nos ocuparemos en otra ocasión. En este artículo vamos a centrarnos en el Hun Yuan Qigong, es decir, en la práctica de la alquimia interna de los Tres Tesoros.

El concepto del Dantian
En la mayoría de los sistemas de Qigong el Dantian es el punto de referencia fundamental. Por lo general se suele situar en el interior del vientre, a cuatros dedos por debajo del ombligo, en el punto llamado Qi Hai, u Océano del Qi, también conocido como el Palacio Sexual. No obstante, el concepto de Dantian es mucho más amplio en la escuela Hun Yuan.
El término Dantian significa literalmente “campo de cultivo de la Perla”. En este caso “perla” se refiere a la concentración del Qi que restaura y nutre nuestro sistema energético, y es la mítica píldora de la inmortalidad.
Dado que el chino es una lengua conceptual y cada una de sus palabras representa un significado concreto, debemos suponer que los antiguos sabios taoístas le dieron este nombre para expresar su comprensión de este concepto, y no como una concesión poética. Así, profundizando en el significado del término, no es difícil ver su paralelismo con una auténtica tierra de cultivo: cuanto más extenso sea el campo, mayor será la cosecha; cuanto más nos esmeremos en su cuidado, mejores frutos dará... siempre que las condiciones climatológicas (la energía del entorno) sean las apropiadas.

Los Tres Dantian y su cultivo
Según la práctica del Hun Yuan Taijiquan, existen tres Dantian principales: el superior, el medio y el inferior. Aunque los doce ejercicios que componen el Hun Yuan Qigong cultivan el Qi de los tres como puntos energéticos independientes pero también interrelacionados entre sí, el proceso final de la fusión alquímica se llevará a cabo en el Dantian medio.
Los tres Dantian son los centros más importantes de nuestro sistema energético. El Dantian superior se localiza en el entrecejo. Es el centro donde se realiza el cultivo del Espíritu. También se lo denomina "la morada del Shen". El Dantian medio está situado en el vientre, y en él se cultiva el Qi. Por último, para el cultivo del Jing, la Esencia, nos centramos en el Dantian inferior, el Huiyin o perineo. Jing, Qi y Shen son los Tres Tesoros, y los Dantian inferior, medio y superior son sus respectivos campos de cultivo.
El cultivo ha de ser dirigido por un maestro experimentado que haya vivido en su cuerpo las diferentes etapas del proceso. En los antiguos tratados alquímicos se puede leer una afirmación metafórica: "el fuego se desvía por el camino endiablado". Significa que la energía se ha corrompido por una práctica errónea y el desequilibrio energético está alterando el Shen. La energía del Shen es la más sensible, ya que es una fuente conectada directamente a la mente. Durante la práctica, cualquier tipo de visualización o intención activa de inmediato su movimiento, lo que convierte a esta energía en un elemento muy influenciable por nuestra creatividad. Por ello las prácticas alquímicas mal dirigidas pueden dar origen a dolores de cabeza, mareos, pérdida de percepción de la realidad y otra serie de consecuencias no deseadas.
Los efectos de la práctica, tanto positivos como negativos, no sólo se manifiestan a nivel fisiológico, sino también en el plano emocional, por lo que es importante buscar el enfoque correcto. Por ejemplo, una motivación egoísta acentuará el egocentrismo del practicante, mientras que una práctica dirigida hacia la armonía universal expandirá la energía compasiva del corazón.
El cultivo de los Dantian precisa mucha asiduidad. Es como el cuidado constante del labriego. Hay que sembrar, atender el campo y esperar a que el fruto brote por sí solo. Si ansiamos ver resultados, será como intentar acelerar el crecimiento de los brotes tirando de ellos. El practicante debe tener fe en su práctica, sin albergar expectativas conceptuales ni intentar forzar el proceso buscando experiencias excepcionales para fomentar su egocentrismo. Simplemente se debe practicar y dejar que la energía se abra camino y se manifieste por sí sola. Como dice Lao Tse, "hacer sin hacer".
Por desgracia, igual que en la vida real, un campo que ha sido cuidadosamente cultivado también puede perder su cosecha por carencias o por excesos de otros tipos. Hay que adaptarse a cada entorno, y por ello no se puede emplear un mismo criterio de trabajo en todos los casos. Éste debe ajustarse al estado energético del practicante. Ahora veremos cómo puede variar el cultivo de cada tesoro para poder obtener un resultado beneficioso.

La fusión de las tres energías

El cultivo del Jing se hace en dos formas. Cuando hay mucho fuego, energéticamente hablando, en el hígado o el corazón y las emociones están alteradas, debemos trabajar con menos énfasis el Jing para no aumentar aun más este fuego y dañar todo el sistema energético. La práctica será sutil y se llevará al cabo en el Dantian Inferior. Pero cuando una persona tiene poca energía yang, el cultivo se hará directamente con la respiración de los ovarios o de los testículos. El Huiyin es el depósito del Qi cultivado con estas respiraciones.
La práctica con la energía del Espíritu, el Shen, en el Dantian superior también varía según el estado de cada practicante. Si una persona tiende a sufrir alteraciones síquicas, estados obsesivos o sopor mental, se debe practicar con menos intensidad en este Dantian. De ese modo evitamos que se produzca una subida descontrolada de la energía y su estancamiento en la cabeza. Es importante detectar este tipo de exceso energético, ya que muchas veces no se manifiesta como un malestar sino como una agradable sensación de borrachera mental, que se confunde fácilmente con la relajación. Pero este estado va acompañado de aturdimiento y de la sensación de estar flotando. Cuando esto ocurre, se ha perdido la conexión con la Tierra, los sentidos están bloqueados y la energía apresada en la cabeza. El practicante suele “despertarse” con una sensación de pesadez en la cabeza, e incluso puede sentirse irritado por la vuelta a la realidad.
Si la práctica está bien llevada y la energía está equilibrada, el practicante consigue sentirse muy relajado con una consciencia muy clara. Es un estado de calma en el cual se amplifican todas las percepciones sensoriales. Podemos notar todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor sin distraernos, y las interferencias externas no nos alteran ni nos sobresaltan. Simplemente estamos sumergidos en la práctica y en la consciencia del Universo.
En el Dantian medio el proceso es aún más complejo. Este Dantian es el depósito del Qi de todo nuestro sistema energético. Hay muchas prácticas dedicadas a cultivar este centro para llenarlo de energía. En el Hun Yuan Qigong, su función se extiende aun más. Además de recoger el Qi de la naturaleza, el Dantian medio es el lugar donde se reúne y se fusiona la energía cultivada en los otros dos Dantian. Es el reactor en el cual se realiza el último proceso alquímico de los Tres Tesoros. La Trinidad regresa a la Unidad: el Shen, el Qi y el Jing.
La fusión de las tres energías en el Dantian medio dará comienzo a la formación de la Perla. Durante todo el proceso del cultivo, la intención sutil juega un papel de enorme importancia. Mediante una intención consciente y correcta, el Shen, el Qi y el Jing se van consolidando y condensando en un núcleo dentro del cuerpo. Con la ayuda de un buen maestro, el practicante aprenderá a localizar este núcleo, y la práctica constante irá alimentándolo y haciéndolo crecer. Al igual que ocurre en un embarazo, con el tiempo se llegará a sentir cómo cobra vida este embrión. Es el movimiento espontáneo de Qi que se siente en el interior y se aprecia en el exterior.

El renacuajo

Cuando la Perla está formada y madura, se convierte en lo que mi maestro llama "el renacuajo". Es la energía que se desprende de la Perla y puede circular de forma autónoma sin ser guiada necesariamente por la mente. Llegado este nivel, la mente se convierte en una mera espectadora y deja de intervenir. Este renacuajo es el causante de la verdadera apertura del Pequeño Cielo o la Órbita Microcósmica, e incluso puede hacer su propia ruta abriendo canales según el estado del sistema energético del practicante. El impulso de esta energía a través de la columna es muy obvio, incluso violento, ya que a veces se manifiesta como una sacudida o un latigazo repentino que puede llegar a hacernos caer aun estando en una postura completamente estática y equilibrada.
En esta etapa también puede producirse "el desplazamiento de los Tres Tesoros". Eso significa que la Esencia o Jing ha llegado a un estado de calma y se ha unificado con el Dantian medio. Este desplazamiento se traduce en un sentimiento de gozo que invade la zona del pecho y del corazón. Es la expansión de Qi y de la conciencia. El deseo está sosegado y deja que la fusión del Jing y la energía vital se eleve al corazón expandiendo la energía del Amor Universal y el Shen. La conciencia individual vuelve a fundirse con la conciencia universal, el Tao. Este desplazamiento de los Dantian está documentado y reflejado en los antiguos tratados de alquimia taoísta.

Etapas de formación de la Perla

Durante el proceso de la formación de la Perla, el Dantian medio pasará por cuatro etapas. La primera es la sensación de calor; la segunda, de gozo; la tercera, del vacío; y por último el fenómeno de la luz.
En la primera etapa, el Qi empieza a acumularse en el Dantian medio. El Qi acumulado se va calentando con el fuego del corazón que ha ido almacenándose en este centro. Es por eso que en este nivel se puede percibir una ligera sensación de calor en el vientre.
La sensación de gozo experimentada en la segunda etapa se debe a la expansión del Qi hacia el centro del corazón, despertando aun más la energía del Amor Universal. El gozo también es producido por este “renacuajo”. El desbloqueo de todos los canales facilita el flujo de Qi, mejorando el funcionamiento del sistema circulatorio y endocrino. Se produce, por lo tanto, una sensación de vigor y bienestar gracias a este estímulo de las diferentes glándulas.
Al llegar la etapa del “Vacío” no nos referimos a que el Dantian se vacíe literalmente, ya que eso supondría la pérdida de la cosecha. El vacío que se siente es una gran expansión, como si el Dantian se convirtiera en un espacio ilimitado. En esta etapa el Qi puede expandirse más allá de los límites físicos de nuestro cuerpo. Con la intención mental de expandir, el Qi interno sale por los poros y se mezcla con la energía de la naturaleza. Al inspirar, recuperamos por los poros este Qi renovado y lo almacenamos otra vez en el Dantian medio.
Esta exteriorización de Qi es la verdadera responsable de la sensación de vacío. Durante este intercambio, el Qi interno es purificado y nutrido por la energía de la naturaleza. De ahí la importancia de elegir bien el lugar de la práctica si queremos recoger una energía beneficiosa para nuestro cuerpo. El auténtico sentido de “nadar en el aire” surge a partir de esta etapa de práctica. El Qi exteriorizado funciona también como una membrana de aire que nos soporta. La forma entera del Taijiquan, realizada con la relajación consciente (el Song) del cuerpo y la mente, se desliza sobre esta membrana de Qi como un ave que planea en el aire.
La exteriorización de Qi ha sido a menudo objeto de mistificaciones. En realidad, no hay nada místico ni milagroso en este proceso. Es simplemente una transformación energética natural que permite el intercambio de nuestro Qi interno con la energía universal. En cuanto a su uso marcial, esta expansión de Qi está rodeada de todo tipo de leyendas. En todas estas historias suele haber una parte cierta y otra exagerada. Es verdad que cuando el Qi llega a exteriorizarse, su potencia puede sentirse físicamente. Las demostraciones de Feng Zhiqiang son testimonios vivos de esta potencia de explosión exteriorizada, el Fajin. Pero de ahí a que se pueda romper un objeto a distancia, o causar daños internos a un oponente sin tocarlo, habríamos de poner un interrogante sobre tales leyendas.
La eficacia marcial del Taijiquan radica, sobre todo, en la combinación correcta de la relajación consciente o Song con la densidad del Qi y la intención clara de las técnicas. El practicante que quiera conseguir un buen nivel en el aspecto marcial del Taijiquan deberá tener una comprensión clara de cada movimiento de la forma como técnica, un buen cultivo de Qi, y un correcto enfoque filosófico sobre el sentido marcial del arte.
La Luz es la naturaleza de la conciencia universal. Es la comprensión total de nuestro ser. El cielo, el hombre y la tierra están en armonía. La conciencia parcial de nuestra mente vuelve a unirse con la conciencia holística. Durante una práctica muy profunda, puede llegar a surgir un breve instante de despertar en el cual nos percibimos como luz. ¿Dónde está el ego en este momento? ¿Quién está practicando? Todos los conceptos intelectuales dejan de existir.
El practicante puede experimentar por momentos estos estados efímeros y volver a la normalidad sin poder permanecer en ellos voluntariamente. Hay que seguir practicando sin aferrarse a la sensación. El ansia por volver a este estado o por vanagloriarse de ello acrecentará las emociones negativas. La falta de ecuanimidad emocional corromperá la energía cultivada y frenará el progreso. Por lo tanto, para avanzar por el camino del Tao, hemos de ser constantes y ecuánimes.

Constancia y ecuanimidad

Sin duda, hay muchos más factores que influirán nuestro progreso. Sin embargo, se podría destacar que la constancia y la ecuanimidad son como dos guías que nos mantendrán siempre en el buen camino.
Ser ecuánime es mantener una actitud emocional adecuada durante la práctica. Las tensiones afectan negativamente el entrenamiento, por lo tanto, el practicante debe realizar los ejercicios en un estado de calma física y emocional. Feng Zhiqiang dice que "si uno está nervioso o alterado, más vale que se dé un paseo y practique cuando esté más tranquilo". También apunta que "las emociones óptimas para el cultivo son el sosiego y el buen humor". Con anterioridad hablábamos de que la cosecha se podía perder. En la práctica del Qigong, las causas que provocan esta pérdida pueden ser precisamente los enfados, los disgustos, las preocupaciones, los celos, la envidia, el orgullo y la ira, etc. Todas estas emociones negativas perturban el cultivo y causan un enorme desgaste energético. ¿Pero quién está totalmente libre de estas emociones? Al respecto dicen los tratados antiguos: "muchos son los que practican, pero pocos son los que consiguen el cultivo supremo".
Ser constante es una condición importantísima para avanzar. No sólo se debe practicar durante las clases, sino también en la vida cotidiana y a diario. Se tarda mucho en obtener un pequeño logro, y sin embargo se puede perder en muy poco tiempo. El sistema energético exige un cultivo constante para crecer, pero si se interrumpe, se marchitará y habrá que volver a sembrar de nuevo.
La práctica es como el latir del corazón, un hacer constante, vital para nuestra existencia. Pero no por ello presumimos de los latidos de nuestro corazón ni nos obsesionamos por sentir su ritmo. Practicar sin perseguir, hacer sin hacer. 

Pedro Valencia
, 3ª generación del estilo Hun Yuan y 20ª del estilo Chen, es discípulo directo de Chen Xiang. También preside la Asociación Hun Yuan España, delegación oficial en España del Beijing Hunyuan Taiji Martial Arts and Culture Centre y miembro nº 1 de la Confederación Internacional de Hun Yuan Taiji.
SIETE PAUTAS PARA UNA BUENA PRACTICA DE HUN YUAN TAIJI
Alineamiento
Enraizamiento
Equilibrio
Relajación
Movimiento encadenado
Intención de energía
Transmisión de la fuerza
Cada uno de estos principios está relacionado con
alguno de los tipos de chi kung que se estudia en el
sistema del estilo Hun yuan.
1.- Alineamiento.
Para empezar el trabajo de Hun yuan, el practicante debe aprender a alinear la postura.
Esto se consigue a través de la práctica de Mapu. Alinear el cuerpo alrededor de
nuestro eje vertical, es como enfocar la antena del canal central para entrar en sintonía
con la energía que nos llega del Cielo y la que recibimos de la Tierra.
2.- Enraizamiento.
El Mapu proporciona la capacidad para alinear y también para enraizarnos hacia la
tierra. Esto nos da solidez, confianza en las decisiones, voluntad, firmeza y
perseverancia en los objetivos, templanza y paciencia para afrontar las adversidades.
Antes de pasar a estudiar otros aspectos, es imprescindible observar nuestra postura,
tomar conciencia de nuestro organismo y su estructura, alinearnos sobre el eje vertical
del cuerpo y descansar todo el peso hacia un punto central en la base, acomodando las
articulaciones.
3.- Equilibrio.
Situarse correctamente entre el Cielo y la Tierra, enraizarse hacia la base y permanecer
erguido sin apoyarse en nada, es entrar en equilibrio. Al descansar el cuerpo en su
centro de gravedad, Cielo y Tierra se encuentran y anudan en medio del cuerpo.
Cuando estas dos fuerzas se condensan, empieza el cultivo del Tan tien, que es el sitio
donde se guarda y acumula la fuerza vital. La mayor parte de las prácticas de chi kung
salen de esta postura, y todas ellas, terminan recogiendo la energía en nuestro centro de
equilibrio.
Cuando utilizamos la postura de Mapu como un chikung de trabajo interno para
ejercitar todos los aspectos señalados, se convierte en una práctica llamada Wuchichon.
Estos tres primeros principios mencionados, ejercitan la postura y pertenecen al ámbito
de la estática, por lo tanto, el chi kung de donde arrancamos para potenciarlos es:
Wuchichon
4.- Relajación.
Al descansar el peso en la base surge Fanshong. De la postura estática de Wuchichon,
pasamos a un pequeño balanceo, donde el peso oscila suave de un lado al otro, como un
reloj de péndulo, sin sobrepasar la estabilidad de nuestro centro.
Fanshong es el chi kung de la relajación consciente.
Fanshong significa: relajar hundiendo, afianzar el enraizamiento y el equilibrio, sin
deformar la verticalidad de la postura. Fanshong es la práctica más sencilla y a su vez, la
más profunda. Siempre se vuelve a fanshong, y siempre que vuelves, te amplía algo más
el espacio de dentro. Sin relajación, la energía se enlentece, no circula, se bloquea, se
congestiona y estanca dando origen a las enfermedades.
Cuando se entra en Fanshong, se abren las vías para que la vitalidad brote. No existe
ningún taichi sin relajación, pero en el caso de nuestra escuela, es uno de los puntales
básicos en los que más se enfatiza; cobra tal relevancia, que está presente en todos los
enlaces de movimiento, de nuestras formas de tai chi.
Al principio, Fanshong representa el momento de pausa al final de la curva descendente,
justo antes de iniciar el siguiente impulso de ascenso. Con el tiempo todo el movimiento
se va impregnando de Fanshong, estando presente en todo momento. Tocar a un
practicante con alto nivel de Fanshong es tan paradójico como mover un fluido denso, o
sopesar una bola de algodón que escondiera dentro una barra de acero.
5.- Movimiento encadenado.
Con la estructura alineada, enraizado y
equilibrado en la base, relajando todo el
peso y aflojando toda la tensión hacia la
tierra, avanzamos un poco más y
convertimos el balanceo en movimiento.
El movimiento en el taiji sigue el
Principio del “pie, cadera, mano”, o
movimiento encadenado de las
articulaciones. Los brazos siguen al
cuerpo, el cuerpo sigue al Tan tien,
armonizándose con las fluctuaciones a
las que está sometido entre el Cielo y la
Tierra. Cada articulación, se tiene que
mover haciendo círculos, enlazándose
con la siguiente, formando olas que giran
en espiral, y que van, desde la planta de
los pies, hasta los extremos del cuerpo
donde proyectamos la onda.
Al unir el alineamiento, el
enraizamiento y la relajación con el
movimiento helicoidal, aparece
Chansijing, que se puede traducir como: el movimiento en espiral que hacemos cuando
enrollamos un ovillo de seda. Por un lado, ha de ser suave, redondo y armonioso, para
que el hilo no se rompa, y a la vez, debe mantener la presión precisa para que el ovillo
no se enrede.
En nuestra escuela se desarrolla el chansi kung, que es el chi kung de la energía
circulando en espiral por el cuerpo.
Para facilitar el paso de qi por el cuerpo en general, y especialmente por las
articulaciones, que son auténticas estaciones donde la energía se acumula en unos
pequeños centros llamados Jiaos, tenemos una técnica universal que es un tesoro de
salud al alcance de cualquiera y que por su sencillez pasa muchas veces desapercibida o
considerada como un elemento menor. Nos referimos al Automasaje llamado en chino
An Mo kung, que descongestiona, relaja y abre canales, mejorando el flujo de qi.
Con los puntos Jiaos abiertos, la onda que produce el Chansi Kung se va ampliando
cada vez, en oleadas sucesivas, gracias a la energía de enlace que produce la espiral del
movimiento encadenado.
6.- Intención de energía.
Cuando ya tenemos la base alineada,
equilibrada y enraizada a través del
Mapu, la relajación consciente del
Fanshong y el movimiento en espiral
del Chansi, tenemos que mandar una
intención desde la mente, para dar
una dirección canalizada a la energía
que estamos moviendo.
Este punto es muy importante, ya
que al poner en práctica estos pasos
previos, realmente se genera qi y
movimiento de qi. Energía y
conciencia han de caminar unidas,
la energía sin una dirección clara,
puede desbordarse hacia aspectos confusos de nuestra personalidad. Al generar más
energía sencillamente potencias lo que ya tienes, por lo tanto es mejor conducirlo a un
espacio neutro donde se contacte con la Mente meditativa que fomenta valores estables
y permanentes, manteniéndonos al margen de arbitrariedades, impulsos fugaces y
mecanismos compulsivos dirigidos por un inconsciente enredador.
En la cultura china se distinguen dos tipos de mente: La mente errática llamada Xi y la
mente-corazón del discernimiento y la ecuanimidad llamada Yi
Con la práctica de Hun yuan chi kung, fomentamos la Mente-corazón o Yi, al proyectar
nuestra intención de energía en condensar el qi sobre los tres tantien, que son tres focos
donde se almacenan los tres tesoros de nuestro cuerpo. El centro superior es la morada
del Shen o espíritu, en el centro medio se asienta el Qi o energía, y el centro inferior,
alberga el Jing o esencia genética innata.
El Hun Yuan chi kung es un trabajo completo de alquimia para el desarrollo interno de
la persona; despierta y abre el espacio de la Mente meditativa fusionando los tres Tan
tien, ya que el más alto grado de la práctica es la identificación y la fusión en la Unidad,
donde las polaridades desaparecen.
Al proyectar intención de energía sobre el tan tien, aumentamos la presión interna de qi
en este centro. Tener presión de qi, es comparable a la sensación que obtenemos al
golpear sobre una rueda de neumático, esto es, que salimos rebotados hacia fuera
gracias al aire comprimido que posee.
7.- Transmisión de la fuerza.
El movimiento en espiral del chansi, unido a nuestra intención de energía en un tan tien
cultivado, da lugar a la transmisión de una fuerza o potencia que pasa a través de
nosotros.
Esta fuerza se llama Peng. La potencia de Peng es comparable, al impulso con que sale
del agua una pelota hinchable, cuando la sumergimos dentro y levantamos de golpe la
mano. Resulta evidente entonces que para que surja Peng, hay que tener dentro
suficiente presión de qi.
La fuerza de Peng se despliega en ocho direcciones o formas de manifestarse, dando
lugar a la aparición de las ocho fuerzas o potencias del taichi chuan. En la escuela Hun
Yuan, tenemos el chi kung de los bastones llamado taichi ji - taichi pong, que potencia
entre otros aspectos, la transmisión de las fuerzas.
Las ocho fuerzas o Pamen son: Peng, Lü, Ji, An, Cai, Lie, Zhou, Kao.
Peng, asciende
Lü, absorbe, cede creando un vacío
Ji avanza
An, desciende
Cai trae tirando
Lie controla o quiebra actuando en direcciones opuestas
Zhou emplea el codo
Kao repele con el hombro o cualquier otra parte cuando se llega al cuerpo a cuerpo.
Para comprobar el trabajo de la transmisión de fuerza, lo más idóneo es practicar con un
compañero, con el cual mides el grado real de comprensión interna de todas las técnicas
practicadas. Los trabajos con compañero se condensan en el Tui shou. El trabajo con
compañero te pone ante el espejo real del propio nivel, nuestros fallos, carencias,
defectos, errores, y de esta forma el otro se convierte en nuestro maestro y nosotros en
el suyo.
Cuando se adquiere maestría en el uso de las ocho potencias se alcanza el nivel de “las
Mil bocas“, el Maestro Chen Xiang habla de ello como la capacidad de sentir la energía
en cualquier parte del cuerpo y proyectar toda la fuerza hacia ese punto donde entras en
contacto con el adversario, de tal manera que el contrario siente que se le echa encima
no un individuo, sino una entidad de mil cabezas y brazos.
Las ocho fuerzas son derivaciones de la fuerza primigenia que es Peng de la que surgen
todas las demás, así como el agua, es el elemento primordial del que surgen los cinco
elementos. Por esto la fuerza de Peng, está relacionada con el elemento agua.
En el cuerpo humano, el agua se corresponde con el riñón, que es el depósito de la
esencia o energía prenatal. Para que se manifieste la transmisión de la fuerza, es
conveniente fortalecer el agua, este trabajo se concreta en el estilo Hun Yuan con elTai
li kung o chi kung de la Gran potencia del águila. cuyo objetivo es cultivar la esencia
del riñón.
Por lo tanto, si hemos comprendido e integrado todos estos conceptos, al realizar las
formas de Taiji del estilo Chen Hun yuan Xinji, estamos uniendo de armoniosamente
todos estos principios, es decir:
Manifestaremos la fuerza con nuestra intención de energía, a través del movimiento
encadenado, en una estructura relajada, equilibrada, enraizada y alineada, poniendo al
Tan tien como timonel de este maravilloso viaje.
Resumiendo en síntesis,
disponemos el chi kung de:
Wuchichon para el alineamiento, el
enraizamiento y el equilibrio.
Fanshong Kung para la relajación.
Chansi kung para el movimiento
encadenado.
Tai li kung y Hun Yuan chi kung
desarrollan la intención de energía
Taichi ji, taichi pon y Tui shou para
la transmisión de la Fuerza.

La conservación del Qi
Una manera más común e inconsciente de derrochar la energía vital
es a través de la práctica sexual descontrolada. Aquí por
descontrolada no nos estamos refiriéndonos al aspecto ético, sino
desde el punto de vista emocional y energético.
La energía sexual está considerada por los taoístas como una fuente
vital para la salud, ya que de ella emana un nuevo ser. Es una
poderosa concentración de todas las esencias de la vida. La pérdida
continua de esta energía provocará el envejecimiento prematuro y el
desgaste acelerado de todos los organismos. Por lo tanto, el cultivo de
la energía sexual es un objetivo primordial que los taoístas quieren
perseguir.
La conservación de esta esencia vital es un proceso complejo por ser
una práctica estrechamente ligada a los sentimientos y emociones que
enturbian nuestra mente sin cesar. Sublimar la energía sexual requiere, por lo tanto, la realización perfecta de los ejercicios y
la verdadera comprensión del sentido más puro del amor.
Durante los últimos años, han ido apareciendo muchas publicaciones relacionadas a las prácticas taoístas con la energía
sexual en el Occidente. Por desgracia, un alto porcentaje de lectores han interpretado
mal estas prácticas y las emplean para objetivo meramente placentero. Incluso se ha
utilizado el aprendizaje o la realización de estas prácticas como un pretexto para
fomentar la promiscuidad. La auténtica práctica está muy alejada de estos conceptos
ordinarios. El último estado de las prácticas con la energía sexual se produce sin
ningún acto físico con pareja. El gozo surge del propio movimiento de Qi cuando el
practicante está en un estado mental de absoluta calma. Por lo que la sensación
placentera no es fruto de ningún pensamiento mundano sobre el sexo ni del impulso
sensorial producido por las hormonas. El acto sexual es simplemente la etapa más
elemental de las prácticas con la energía sexual.
Todas las prácticas con la energía sexual deben ser dirigidas por un maestro
cualificado que realmente haya experimentado todo el proceso, ya que la energía
sexual es un caudal muy poderoso. Si se canaliza bien, la fuerza de este caudal se
convertirá en energía vital como si de la energía hidráulica se tratase. Pero si no es
así, la fuerza del caudal puede llegar a devastar todo el sistema energético y emocional. Por hábito, se tiende a expulsar esta
energía fuera del cuerpo, dado que la eyaculación es la vía más rápida y gozosa de “enfriar” este estado de calentamiento
energético, sin embargo, también es la pérdida más importante del Qi del riñón o la esencia vital.
Aunque la energía sexual puede ser transformada al Qi vital mediante un proceso que no implica acto sexual, pero la
producción más habitual de esta energía es durante el acto con una pareja. Para poder conservar la energía sexual producida
en estas circunstancias, uno debe tomar todo el acto sexual con un sentido meditativo sin inmiscuirse totalmente en el placer
físico. Ser consciente durante todo el tiempo que la
finalidad del acto sexual es la de encontrar el equilibrio de
las dos energías opuestas, el yin y el yang, llevando al
mero proceso físico a un estado de unión espiritual. El acto
sexual puede definirse, en término taoísta, como la
búsqueda de la fusión de las dos polaridades que nutre y
equilibra el sistema energético de ambos practicantes.
La práctica con la energía sexual debe estar en armonía
con un estado meditativo de las emociones, de lo
contrario, puede producirse un desbordamiento que
provocará perturbación emocional. No se debe realizar la
práctica sexual con un propósito egocéntrico de potenciar
la energía de uno mismo. Hay que realizarse con un
auténtico sentido de unión de amor con la pareja. Si no se
tiene en consideración esta unión pura, la energía
producida será burda porque está mezclada con las
emociones egocéntricas. Es como agua contaminada de
ácido que corromperá a todo el sistema. Por eso, la
meditación juega un papel fundamental por ser la única
herramienta que pueda purificar las emociones y liberar la
energía positiva del corazón. De este modo las dos
polaridades se fundirán en una sola energía, la del Amor
Universal.
Del igual modo, la práctica del Qi Qong marcial ha de ser complementada con la meditación. En realidad, no debe haber
diferencias entre un Qi Qong solo para fines terapéuticos y otro solo para fines marciales. Todas las prácticas que potencian
nuestro sistema energético sirve para restaurar el deterioro de nuestra salud, también crea una potencia interna que al
juntarse con las técnicas marciales, convierte al practicante en un artista marcial interno. Quizás se podría distinguirse uno
del otro por su proceso de realización y su enfoque. El Qi Qong marcial podemos referirnos a la práctica de la Camisa de
Hierro o la Palma de Hierro que son procesos dedicados a curtir el físico internamente, con el fin de resistir los combates. Si
hacemos esta distinción, entonces, debemos saber que las prácticas del Qi Qong marcial debe hacerse solo cuando el
practicante haya conseguido una comprensión profunda sobre los otros procesos de Qi Qong. El empeño desfrenado de
potenciar el sistema energético únicamente para fines marciales puede inducir al fanatismo y al acrecentamiento del ego.
Estos sentimientos competitivos llevan al practicante hacía una búsqueda incesante de la victoria. Como todos los procesos
energéticos, el Qi Qong marcial puede generar una gran cantidad de energía interna. No obstante, el enfoque marcial de la
práctica hace que la canalización espiritual de esta energía sea más dificultosa, por lo que puede llegar a provocar ansia e
inquietudes. La meditación, en este caso, sirve para liberar estancamientos y desbordamientos, manteniendo así el equilibrio
entre el físico y la mente.
Es importante recordar que las prácticas de Qi Qong pueden movilizar todas las energías potenciales de nuestro ser, positivas
o negativas. Nuestra personalidad es el fiel reflejo de la energía que está fluyendo dentro de nosotros. Como dentro de cada
ser están las dos polaridades, el Yin y el Yang, tanto las virtudes como los defectos serán amplificados por las prácticas
energéticas y todas las tendencias aflorarán con más fuerza. De allí la importancia de la meditación y la motivación de la
práctica. Las virtudes serán más acentuadas si nos mantenemos ecuánimes y conscientes de nuestros actos. Pero si nos
dejamos llevar por el ser egocéntrico que todos llevamos dentro, nuestra energía positiva o virtuosa será devorada por todas
las manifestaciones aliadas al egocentrismo. Por lo tanto, debemos estar alerta de cualquier tipo de cambio emocional, sobre
todo negativo, durante los diversos procesos de práctica energética. Conversar con nuestro ser interior constantemente nos
ayudará a no caernos en las trampas del ego en el camino hacia el Tao.

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