CONEXIÓN Y DESPEGUE RURAL EN AYABACA



En el presente trabajo hablaré de lo que es la CONEXIÓN Y DESPEGUE RURAL RESUMEN EJECUTIVO, allí podemos deducir que el limitadísimo consumo que se le inculpa se explica porque las condiciones del territorio condenan a la mayor parte de la población aborigen a no tener, prácticamente, en qué ocuparse la incomunicación de unas regiones con otras, el estorbo de las montañas y de los desiertos, paralizan la agricultura el componente fundamental de la miseria es la dispersión poblacional en más de ochenta mil centros poblados, y es esta dispersión la que imposibilita actuar con eficacia. Como dijo el Presidente Oscar Benavides: Nunca me cansaré de repetir que, en opinión de mi gobierno, el más importante de nuestros problemas es la construcción de caminos.
Sin duda, hombre y geografía han confluido para producir el atraso rural. El objetivo de este trabajo trata de analizar la evaluación de este escritor, donde nos dice que es la menos estudiada de esas dos causas, la geográfica, aunque, en un mundo complejo, la evaluación de un factor necesariamente implica comprender el papel de otros, además de las interacciones entre ellos.
A lo largo del presente iremos detallando cada punto con relación al tema.

MARCO TEORICO

1.1. Definición
La explicación más frecuente del atraso rural es política. La pobreza rural se atribuye, sea a la explotación, sea a la desatención o “exclusión”. En ambas versiones, la causa de la pobreza sería humana. La hipótesis de este estudio es que la pobreza rural es también efecto de una geografía adversa que ha frustrado la comunicación, el acceso al mercado y la llegada de servicios estatales, y que ambos factores, hombre y geografía, han confluido para producir el atraso rural. Sucesivos presidentes han compartido la frustración por las barreras naturales y la visión de una mayor integración física del país, pero la investigación social ha desestimado el tema geográfico y más bien ha destacado la reforma política como camino principal para luchar contra la pobreza. Una excepción notable fue Manuel Vicente Villarán, quien en 1908 escribió, El indígena, se ha dicho cien veces, nada produce y nada consume. Pero en realidad no le faltan cualidades productivas… ábranse caminos y ferrocarriles baratos, que hagan el territorio traficable, y ya se verá los prodigios de que es capaz la laboriosidad de nuestros compatriotas de las punas. Comuníquense las ciudades con los valles y las altiplanicies, trácense vías comerciales entre los lugares más poblados de la sierra y la costa, y los millones de hoy miserables indios se levantarán de su forzada inercia y, a la vuelta de pocos años, han de ser, tal vez, más ricos y poderosos que nosotros. El estudio ha sido realizado por un equipo de investigadores del Instituto del Perú de la Universidad de San Martín de Porres dirigido por Richard Webb, y contó con el apoyo del Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES). Su origen directo fue una preocupación expresada en el mensaje presidencial del 28 de julio de 2008: “La mayor dificultad en la lucha contra la pobreza es la dispersión poblacional y la distancia andina. Las carreteras y los puentes son el mejor instrumento de inclusión contra la pobreza”. Esto condujo a la formulación de una propuesta de investigación a través del Consejo Consultivo del Sector Público del CIES, planteándose un estudio para evaluar y documentar los presuntos obstáculos geográficos a la inclusión económica y social de la población rural.
1.2. El Efecto Aglomeración
La correlación simple entre productividad y dispersión de la población es un punto de partida para estudiar el posible efecto geográfico. La correlación no es una comprobación de causalidad, pero sirve de primera aproximación y sugiere posibles interpretaciones.
Esa correlación se presenta usando mediciones de productividad a nivel del hogar derivadas de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) de 2011. Los hogares han sido agrupados por tamaño del centro poblado de residencia, que es una de varias posibles medidas del grado de dispersión poblacional. Las categorías van desde la población rural en un extremo, hasta Lima Metropolitana en el otro.
El estimador de la productividad familiar es el ingreso laboral calculado por la ENAHO, concepto que excluye todo ingreso que no sea el resultado de una actividad productiva corriente, como remesas de familiares, alquileres y diversas transferencias recibidas en efectivo o en especie de entidades privadas o públicas. Según la ENAHO de 2010, las transferencias, rentas y otros ingresos de capital excluidas por nuestro estimador de productividad sumaron 25% del ingreso total de las familias rurales en ese año, y 26% en el caso de las familias rurales de la sierra .
1.3. La hipótesis
Para identificar el impacto empobrecedor de la distancia y la desconexión, es necesario tener en cuenta que la pobreza rural es el resultado de un conjunto de variables y mecanismos. La educación, la salud, el capital social, las instituciones, la tecnología, la tenencia de capital productivo privado en la forma de tierras, ganado, implementos y maquinarias, la infraestructura y los servicios públicos impactan sobre la productividad, y por consiguiente, sobre los niveles de ingresos. Pero además de los factores que determinan el volumen de producción, es decir del tamaño de la torta a repartir, hay otros que definen el propio reparto. Tanto los medios de producción como la riqueza ya producida son sujetos potenciales de expropiación, por lo que se debe conocer los factores, esencialmente políticos, que determinan tal reparto. El estudio se ha enfocado en una de esas variables, el efecto de la distancia, variable relativamente poco estudiada, sin pretender ser una evaluación comprensiva del proceso completo de determinación de la pobreza rural. Sin embargo, es evidente que gran parte del impacto de la distancia se produce en forma indirecta, a través de la intervención de otras variables. El acceso a la educación, por ejemplo, es notoriamente desigual entre un barrio urbano y un caserío serrano o en plena selva. Una de las investigaciones más ambiciosas para precisar las causas de la pobreza rural en el Perú, llevada adelante por Javier Escobal y Máximo Torero (2000a), concluye destacando el papel de la educación, pero reconociendo la posibilidad de una causalidad geográfica indirecta: Una adecuada dotación de activos públicos y privados permite superar los efectos potencialmente negativos de una geografía adversa. Sin embargo esto no significa que la geografía no sea importante sino que su influencia […] surge por la dispareja disposición de infraestructura en el espacio […] Esto podría indicar que la disponibilidad de infraestructura estaría limitada por la geografía, por lo que las regiones geográficas más adversas son las que tienen menor acceso a infraestructura pública (Escobal y Torero2000a: 3).
1.4. Correlación estadística
Como punto de partida se buscó información sobre la correlación estadística, o necesariamente causal, entre productividad y grado de aglomeración residencial, descubriéndose que el nivel de esta era alto. Así, la productividad laboral de la unidad familiar (concepto que excluye transferencias recibidas) aumenta continuamente junto con el grado de aglomeración del lugar de residencia, duplicándose al pasar del área rural aun centro poblado pequeño, y doblándose nuevamente al pasar de un centro poblado a Lima. En el caso de Lima, la ventaja productiva disminuyó parcialmente en los años recientes, pero la estructura de diferencias de productividad habría cambiado poco en el tiempo. Los indicadores de acceso a servicios públicos y el Índice de Desarrollo Humano (IDH) también muestran una fuerte correlación con el patrón residencial.
1.5. La literatura
Los temas de la distancia y la conexión como fuentes de productividad y competitividad fueron impulsados por la nueva teoría del crecimiento (Romer 1986; Porter 1990; Krugman 1991), que resalta las ventajas productivas de la cercanía. En los años siguientes se multiplicaron las investigaciones relacionadas con diversos efectos geográficos sobre el desarrollo, como las economías de aglomeración, el impacto de la infraestructura, los costos de comercialización, y las “trampas de pobreza”. El Informe sobre el Desarrollo Mundial 2009 (Banco Mundial 2008a) fue dedicado al papel de la localización y la geografía, y resume diversos estudios en otros países que descubren impactos positivos de la cercanía sobre la productividad. Paradójicamente, la literatura económica peruana brindó poca atención al tema, a pesar de que la geografía del país es sin duda una de las más complejas y agrestes en el mundo. No obstante, diversos estudios de historia, sociología y antropología ofrecen algunas pistas sobre los efectos de la geografía, y a partir de los años noventa se inicia la exploración del impacto de los caminos, en especial sobre los costos de comercialización, evaluación que, sin embargo, se ha limitado a pocos trabajos de campo y ha carecido de bases de datos. Durante la mayor parte del siglo XX, la literatura peruana ha negado implícitamente la importancia de las barreras geográficas. Las referencias al tema geográfico expresadas por intelectuales durante el primer siglo de la República fueron reemplazadas por un énfasis en el poder político y en el diseño de las políticas macroeconómicas como determinantes de la pobreza rural. No obstante, los estudios de sociólogos y antropólogos aportaron dos observaciones significativas sobre el tema de la distancia. Una es la alta prioridad que las comunidades andinas han venido asignando a la construcción de caminos, no solo mediante insistentes pedidos a las autoridades sino de un sacrificado esfuerzo propio. Otra es el rol que ha jugado la cercanía a caminos y ciudades en la modernización económica temprana y en el cambio político de algunas zonas rurales, coincidencia resaltada por ejemplo en los estudios de los valles de Mantaro, Callejón de Huaylas y Chancay. Un tercer aporte es el constituido por un pequeño conjunto de estudios económicos recientes, que enfocó los costos de comercialización midiendo el impacto positivo de los caminos rurales, y más recientemente, del acceso al teléfono. A pesar de esos testimonios, la literatura ha sido en su mayor parte pesimista con relación al impacto de la conexión, la posibilidad de moderar el obstáculo de las barreras geográficas y las posibilidades productivas de la sierra.
Las trampas de pobreza
La persistencia de la pobreza en áreas geográficas definidas ha impulsado la búsqueda de interacciones y dinámicas que podrían explicar ese comportamiento espacial. El carácter sistémico de esos mecanismos impone una metodología de investigación sofisticada de ecuaciones simultáneas para descubrir las posibles interrelaciones.
Kraay y Raddatz (2007) examinan la hipótesis de la trampa de pobreza usando información de varios países de África, y concluyen que la evidencia no la sustenta. Klasen y Nowak-Lehmann (2009) publicaron un conjunto de estudios para varios países, llegando a conclusiones tentativas que sin duda seguirán motivando más análisis debido a la dificultad inherente de comprobar la existencia de patrones comunes de comportamiento en contextos de alta heterogeneidad y complejidad, y que requiere además un análisis muy exigente sobre el volumen y calidad de los datos, y el uso de econometría sofisticada.
Lo que resulta evidente a priori es que, si bien es posible identificar localidades rurales de persistente pobreza, también existen otras con condiciones originales casi similares, pero que han logrado un desarrollo importante .
1.6. Visitas a provincias
Debido a la escasez de referencias al tema de la distancia en la literatura, se decidió realizar visitas de campo a regiones donde se combinara extrema pobreza rural con extremo aislamiento. Más que estudios formales, las visitas tuvieron el carácter de viajes de reconocimiento para identificar variables y categorías de información para una segunda etapa de estudio más sistemático. Las visitas principales se hicieron a cinco provincias de la sierra —Chumbivilcas, Cotabambas, Acobamba, Pachitea y Celendín—,incluyendo casi la totalidad de los distritos de cada una. Si bien esas regiones siguen registrando una combinación de alejamiento y gran pobreza, la condición actual observada resultó inesperadamente dinámica: elevación de jornales, nuevas ferias, mayor volumen de tránsito de lo esperado y signos de modernización productiva, resultados que a primera vista contradecían la hipótesis de la investigación de que el alejamiento estaría asociado con el estancamiento.
Algunas observaciones fueron:
Inexistencia de caminos pavimentados, pero fuerte expansión en la densidad y calidad de la red vial, incluyendo mejoras y nuevas construcciones. Volumen de tráfico vial inesperadamente alto, con conexiones frecuentes a ciudades (p. ej., varios carros diarios de Santo Tomás a Arequipa, Juliaca, Lima; de Acobamba a Lima, Huancavelica, Huanta, Huancayo) e intenso tráfico local (cien mototaxis en Acobamba, todas compradas en los últimos cuatro o cinco años; muchas motocicletas en Chumbivilcas). Interconexión rápida y frecuente de todos los distritos de Cotabambas con la ciudad de Cusco, con circulación de modernas “vanes” para el transporte de pasajeros paralelamente a vetustos buses. Igualmente, en Panao y Chaglla en Pachitea, en Celendín y otras ciudades empieza a destacar el transporte en “station wagon” o “vanes”, dependiendo de la calidad de la pista. Construcción urbana reciente: palacios municipales en cada capital de distrito y provincia, pavimentación, casas nuevas de hasta tres y cuatro pisos en Santo Tomás (Chumbivilcas) y Acobamba, y ocho pisos en Jaén; muchos colegios secundarios y centros de educación inicial, universidad en Acobamba, hospital en Curahuasi (Abancay). En Panao (Pachitea) se pudo observar diversos locales con ambientación característica de la periferia limeña, con emprendedores que han retornado a invertir en su lugar de origen. En Celendín, conviven negocios tradicionales (bodegas, sombrererías) con modernos restaurantes y cómodos hoteles turísticos. Construcción rural: además de diversas obras viales, muchas casas nuevas o mejoradas, y pequeñas obras como reservorios, invernaderos (fitotoldos) y cobertizos para ganado. Alta cobertura de electrificación urbana y rural. Alta penetración de teléfonos, principalmente celulares. Antenas de TV cable en centros poblados menores. Aumento reciente del número de ferias y festivales, con presencia de comerciantes que llegan también desde las capitales departamentales o de otras regiones. Industria local de DVD, especialmente musicales. Fuerte alza del jornal del peón agrícola: en Acobamba subió de entre 10 y 12 soles hace cuatro o cinco años a 20 soles hoy. El presupuesto participativo tiene importante presencia y ha sido el medio para lograr apoyo municipal para inversiones productivas en comunidades y de comuneros individuales. Evidencia de modernización agrícola: riego por aspersión y goteo, pastos irrigados, reservorios, fitotoldos, pozos de carpa, alguna mecanización en el campo (tractores y trilladores), molinos motorizados en centros poblados, cultivo de determinados productos comerciales, como arveja, queso, cuy, palto, lúcuma. Escasa presencia de microcrédito, salvo en Celendín. Las demás capitales provinciales visitadas no contaban (al momento de la visita) con oficinas de entidades financieras supervisadas. Las inversiones visibles han sido financiadas por una fuerte expansión de los presupuestos municipales y regionales, y por ahorros propios de los comuneros. Complejidad de ocupación: casi todo poblador con negocio u oficio urbano entrevistado era dueño además de una chacra, y algunos tenían más de dos negocios. Y muchos agricultores desempeñan alguna actividad complementaria, como jornalero en otras parcelas, transportista, comerciante, etc. Complejidad residencial: la familia puede tener varias residencias, incluyendo casas en la comunidad, en las alturas para la época de pastoreo, en el centro poblado para fines del negocio u ocupación urbana y para asistencia a la escuela, y en la ciudad (Arequipa, Huancayo, Cajamarca, Huánuco, Lima, etc.).Tendencia hacia la parcelación de las comunidades, especialmente en Chumbivilcas, explicada como una necesidad para la modernización del riego y otras mejoras. Alta presencia de asociaciones con finalidad productiva o comercial (p. ej. de los criadores de cuy de una comunidad, de ovejas, de productores de queso, etc.), un fenómeno nuevo. Es de destacar el caso de las cooperativas cafetaleras en las provincias de Jaén y San Ignacio, de mayor nivel de desarrollo que aquellas de los estudios de caso, que realizan actividades de exportación. Presencia de emigrados retornantes, ahora dueños de negocios en los centros poblados o de chacras, como en el caso de Jaén y San Ignacio, atraídos por los nuevos precios del café que se produce en la zona. Conciencia ecológica: celebración del Día de la Tierra, cocinas mejoradas, y “escuela saludable” y “hogar saludable” como eslóganes visibles. Alta variedad en la actividad productiva urbana, incluyendo actividades evidentemente muy recientes como los locutorios y cabinas de internet, comités de transporte, servicios de mecánica, grifos y de reparación, molinos eléctricos, tiendas de artefactos eléctricos y DVD musicales, hostales nuevos y diversidad de restaurantes (chifas, pollerías y pizzerías, además de las sopas y guisos tradicionales).Creciente capacidad y apuesta por el desarrollo turístico. En diversos lugares surgen pequeños emprendimientos en pro del desarrollo de este sector. Se multiplican los “distritos ecológicos” y las “rutas turísticas”. Desplazamiento de centros poblados tradicionales por otros mejor ubicados para el acceso a caminos y mercados (en Acobamba, Paucará desplaza a Acobamba y Choclococha desplaza a Pomacocha; en Cotabambas, Challhuahuacho desplaza a Mara y Haquira).
1.7. Encuesta a distritos rurales
A fin de comprobar la representatividad de los indicios de dinamismo observados en los viajes de campo, se decidió realizar una encuesta a escala nacional, opción metodológica no prevista en el plan de trabajo original. La encuesta se realizó mediante llamadas telefónicas a las autoridades municipales de 176 distritos rurales, seleccionados aleatoriamente entre el tercio más pobre de estos. El directorio telefónico obtenido del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) resultó incluir una alta proporción de números equivocados o no operativos. En otros casos, no se encontraba presente el alcalde u otro funcionario. El número de rechazos directos a la encuesta fue bastante reducido. Al final, se hicieron cerca de 500 intentos de llamada para lograr las 176entrevistas reportadas. La posibilidad de sesgo a raíz de los intentos de contacto frustrados parece reducida a juzgar por la similitud entre el IDH promedio de los que sí contestaron (0,53) y el de los distritos donde el contacto fue frustrado (0,56), siendo ligeramente menos desarrollados los distritos que sí reportaron. Los resultados de la encuesta comprobaron la existencia de una aceleración económica ampliamente difundida en el interior del país. Como se aprecia en los gráficos a continuación, entre 2001 y 2011 el jornal agrícola promedio real se había elevado en73%, el precio de una hectárea de tierra agrícola en 88% y el precio de una casa en el centro del pueblo distrital en 166%.



Nota: A precios constantes de 2011.
Muestra 1. Comprende los distritos que respondieron solo las preguntas de los períodos 2001 y 2006.
Muestra 2. Comprende los distritos que respondieron solo las preguntas de los períodos 2006 y 2011.
Fuente: Encuesta del Instituto del Perú (véase el anexo A).
Pero la encuesta reveló un fenómeno adicional que explicaba la aparente contradicción entre alejamiento y dinamismo: entre 2001 y 2010 se había producido una rápida y sustancial reducción en los tiempos de viaje. El tiempo de viaje desde cada capital de distrito a la ciudad con la que más se relacionaba había bajado de 8,8 horas en 2001 a4,4 horas en 2011, disminución que solo puede explicarse por una extraordinaria y repentina mejora en la calidad y longitud de la red vial. Además, el acortamiento de distancias había ocurrido en casi todos los distritos: solo 9,7% reportó ninguna reducción y en 7 de cada 11 distritos había sido de 40% o más. La encuesta indicaba, entonces, que existía una clara coincidencia entre la repentina e importante reducción de distancias ocurrida desde los años noventa y el despegue económico rural. Los dos fenómenos se dieron en el lapso de una a dos décadas, y ambos fueron de una magnitud inusual.
Reducción de horas de viaje entre distritos pobres y la ciudad con la que mantienen mayores vínculos comerciales

Fuente: Encuesta del Instituto del Perú (véase el anexo A).
1.8. Conexión
Un hallazgo principal del estudio ha sido la reducción en el grado de aislamiento de la población rural, reducción que se aceleró sustancialmente desde mediados de los años noventa, y que se dio primero en la forma de una expansión y mejora de la red vial, y luego además, con la masificación del celular e internet.
La reducción de las horas de viaje que se constató en la encuesta distrital, y con ello, del grado de separación y alejamiento de los grupos humanos, habría sido consecuencia de la expansión en la longitud y la mejora en la calidad de la red vial.
Expansión anual de red vial asfaltada y no asfaltada
(Kilómetros por año)

Fuente: Banco Mundial; INEI; Perú en Números 2005, 2008, 2010; MTC; Provías Nacional; Gerbi(1944), quien cita a Diez Canseco (1929).
Entre 1995 y 2011, la tasa anual de expansión de la red vial se triplicó en comparación con la tasa promedio registrada desde los años treinta, aumentando de un promedio de 927 kilómetros por año entre 1929 y 1994 a 3 025 por año desde 1995.Gran parte de ese crecimiento está constituido por la red capilar: los caminos rurales, incluyendo trochas y caminos de herradura, que han creado conexiones de comunidad a comunidad y de comunidad a centro poblado en el interior. La calidad promedio de los caminos ha mejorado significativamente por obra de la descentralización y privatización del trabajo de mantenimiento. El parque de vehículos que circula en el interior ha aumentado exponencialmente. El número de vehículos de carga aumentó a una tasa anual de 26,3% entre 2002 y2010.La conexión también se ha dado con la masificación del celular en las áreas rurales: entre 2004 y 2011 la proporción de hogares rurales con celular aumentó de 2 a 54%.
Calidad de las carreteras nacionales
(En porcentaje)

Fuente: Provías Nacional.
1.9. Análisis econométrico
Otra línea de investigación seguida en este estudio consistió en el análisis econométrico de la base de datos de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 2008, complementada con medidas de aglomeración y de dispersión para cada hogar obtenidas del Precenso de1999 realizado por el INEI en cada centro poblado. La variable dependiente ha sido definida como la productividad laboral, excluyendo los ingresos provenientes de fuentes no laborales (extraordinarios, donaciones, remesas, entre otros), considerando que la acción positiva o negativa de la distancia y de la dispersión que se busca identificar afecta la pobreza principalmente a través de su impacto sobre la productividad. Además, se ha excluido de la muestra a los trabajadores del sector público teniendo en cuenta que sus remuneraciones son independientes de la productividad y de la localización. Del análisis se desprende que el efecto de la aglomeración espacial y de la dispersión geográfica sobre la productividad es estadísticamente significativo y relativamente importante para explicar los bajos niveles de productividad. Se encontró que esta influencia es significativamente mayor cuando se evalúan los efectos sobre la población más dispersa y menos aglomerada. Una simulación de los efectos de un cambio en las condiciones de aglomeración y dispersión de los hogares hacia los valores promedio de zonas con un masa crítica de viviendas (entre 10 001 y 20 000 viviendas), encuentra que el efecto de la aglomeración y dispersión geográfica alcanza 6,4%, siendo el efecto de esta última alrededor del doble que el de la primera. Estos efectos casi se duplican —llegan a 10,9%— cuando la simulación se realiza hacia valores promedio de zonas con una masa crítica poblacional más importante (entre 20 001 y 100 000 hogares), siendo el peso de la aglomeración estadísticamente más significativo que el de la distancia, que permanece constante.
1.10. Evolución histórica de la economía rural
Finalmente, la evidencia recogida en las visitas de campo y las encuestas fue complementada y corroborada por estimaciones de la macroeconomía rural a largo plazo. El objetivo de este ejercicio contable era evaluar la consistencia entre los indicios microeconómicos de los ingresos personales y los datos que miden la suma o agregado del sector rural, o sea, del tamaño de la torta rural. Se procedió a construir una estimación del agregado “ingreso total del sector rural” desde el año 1900, distinguiendo dos períodos: entre 1900 y 1995, y a partir de 1995. Los componentes de ese agregado fueron:
a. Producción agropecuaria. Se utilizó la serie publicada por Seminario y Beltrán(1998) para 1900-1995, aunque los autores reconocen que los estimados para las primeras décadas de ese período se basan en supuestos. El crecimiento promedio de 2,8% anual dista de ser un “estancamiento”, pero casi la mitad de ese aumento corresponde al crecimiento demográfico de 1,1% de la población rural. Diversas evidencias sugieren que el aumento en la sierra fue menor al del promedio rural.
b. Términos de intercambio entre la agricultura y el resto de la economía. La caída en los precios relativos de los productos del campo ha sido una explicación frecuente de la persistencia del estancamiento rural, pero este estudio encuentra errores metodológicos en la medición y concluye que se ha sobreestimado esa pérdida de valor.
c. Producción no agrícola del sector rural. La información solo es precisa para años recientes, pero sobre la base de algunos estudios de caso se ha supuesto un crecimiento gradual en su peso relativo. El aporte de la minería al ingreso familiar rural consiste solamente en las remuneraciones de obreros mineros residentes en un centro poblado no urbano, además de los ingresos netos de mineros informales registrados por la encuesta de hogares, mas no en las utilidades de las empresas mineras.
d. Transferencias de ingreso entre los sectores rural y urbano (fiscal, extracción rentista y remesas). No se encontró estimado estadístico del valor de la apropiación rentista extraída del sector rural a través de los diversos mecanismos de dominación política. Aquí se ha supuesto que la extracción fue30% del ingreso total rural en 1900, y que esa proporción declinó a lo largo del siglo por efecto del cambio político, hasta finalmente desaparecer con la reforma agraria. El estimado de la transferencia fiscal se refiere solo al gasto (inversión y subsidios corrientes) y se basa en limitados datos presupuestales, indicando un nivel bajo pero de aumento gradual entre 1900 y 1995, y de aumento sustancial desde esa fecha. Las remesas privadas recibidas por la población rural habrían crecido en forma continua.
Para cada componente, las estadísticas resultaron ser escasas, poco confiables y casi inexistentes para la primera mitad del siglo XX. La situación estadística, sin embargo, mejora sustancialmente para el período 1995-2010. Al final, las estimaciones para el período 1900-1995 son extremadamente precarias y dejan margen para diferencias de opinión. No obstante, el ejercicio cumple dos propósitos: establece un marco de análisis metodológico, identificando y ordenando los componentes que deben determinarse para cualquier afirmación referente a la evolución del ingreso rural; y sugiere un probable orden de magnitud para esa evolución durante la mayor parte del siglo XX, creando así una perspectiva histórica para evaluar los fenómenos recientes. Los resultados de la estimación de la macroeconomía rural son consistentes con la tesis sugerida por las teorías del crecimiento y de la aglomeración, y por los resultados de evaluaciones de impacto microeconómico de carreteras, teléfonos e internet. Se estima una tasa de crecimiento del ingreso por habitante rural entre 1900 y 1993positiva pero reducida de 1,4% anual; una elevación sustancial de esa tasa a un promedio de 7,2% desde 1994. El repentino y fuerte cambio de tendencia desde mediados de los años noventa se produjo una coincidencia histórica entre una aceleración de la productividad del campo, el surgimiento de transferencias positivas, públicas y privadas, desde la urbe al campo y una dinamización de la actividad productiva rural no agropecuaria.
Crecimiento promedio anual del ingreso rural por habitante

Estimación propia.
Cabe poner de relieve el carácter altamente inclusivo de la mejora registrada en los ingresos rurales desde 1994, resultado que es consistente con la diversidad de la 1,47,2 % anual expansión rural, que no se limita, como en otras ocasiones, a una actividad minera o agrícola específica, sino que refleja un conjunto de múltiples componentes productivos, agrícolas y no agrícolas, y una variedad de transferencias públicas y privadas,. La inclusión se encuentra reflejada, primero, en la fuerte elevación del jornal en los distritos encuestados, considerando que el jornal es la fuente de ingresos más importante para el campesino más pobre por su poca dotación de activos y mayor dependencia del trabajo asalariado, segundo, en la tasa de 5.4% anual de aumento del ingreso promedio del quintil más pobre de la población rural entre 2001 y 2012, según las ENAHO de esos años, y tercero, en el sólido aumento anual de 4.1% entre 1994 y 2011 en el valor de la producción agropecuaria de la Sierra.

Hernández y Trivelli (2011) descubren un fenómeno semejante en Quispicanchis, donde “se observa la magnitud del cambio ocurrido en apenas tres décadas. Tanto en Oropesa como en Ocongate, las actividades primarias pierden importancia respecto a hace diez y veinticinco años. El cambio es más acusado en Oropesa (del 53% al 18%), pero también en Ocongate es muy importante (del 54% al 27%)”

CONCLUSIONES

Los principales hallazgos empíricos de esta investigación son, primero, la aceleración sustancial en el crecimiento productivo del sector rural; y, segundo, una reducción significativa en el grado de desconexión que padece esa población. Cada uno de esos cambios se produce a partir de la década de los noventa, y su magnitud no tiene precedentes en la historia peruana. Conjuntamente, ambos fenómenos constituyen una transformación de la economía rural peruana.
La coincidencia sugiere causalidad, y corresponde con la expectativa sustentada por las teorías del crecimiento endógeno y de la aglomeración poblacional. Coincide además con evidencia empírica del efecto positivo que produce la mayor conectividad, obtenida en el Perú y en otros países. Por lo tanto, es plausible concluir que el salto en la conectividad desde los años noventa ha jugado un importante papel en la reciente aceleración productiva del sector rural.
La mayor conectividad es resultado de una densificación y mejora de la red vial y de otra infraestructura de transporte, la multiplicación del parque de vehículos, la masificación del teléfono celular e internet, y la reducción de la dispersión de la población producida por la migración del campo a los pueblos rurales, cuyo dinamismo hoy excede el de las ciudades.
Diversos estudios recientes de la economía rural del Perú coinciden en llamar la atención sobre las ventajas de la conexión. Según Hernández y Trivelli (2011): la creciente articulación de los pobladores del Valle Sur-Ocongate con mercados comerciales dinámicos, [donde encontraron que] en todo el territorio se disparan los ingresos familiares, [y que] detrás de esta incipiente reducción de la pobreza están la articulación del territorio con mercados dinámicos y el empoderamiento de la población local.
El estudio de la provincia puneña de Azángaro realizado por Aronés, Barrantes y León (2011) reporta una reducción en los tiempos de viaje de casi dos tercios, y una multiplicación en el tráfico y los viajes, afirmando que hoy “el ir y venir de la población es constante”
La existencia de un efecto causal fue comprobada además por un análisis de regresión múltiple basado en la ENAHO 2008 y realizado como parte de esta investigación. El análisis descubre efectos significativos de la conectividad, confirmando así que el alejamiento y la dispersión de la población contribuyen a explicar la baja productividad y la pobreza rural. Existe entonces una sólida base teórica y empírica para apoyar la hipótesis de quela coincidencia observada entre la conectividad y el despegue productivo refleja una relación de causa-efecto. Tal argumento contrasta con las interpretaciones predominantes de la pobreza rural peruana del siglo pasado, caracterizadas por una desestimación del papel de la conexión y un fatalismo político y económico respecto de la capacidad de respuesta creativa de la población campesina ante la apertura de oportunidades que produce la conexión.

BIBLIOGRAFIA

Richard Webb. Conexión y despegue rural. Instituto del Perú de la Universidad de San Martín de Porres. Marzo, 2013. 13 páginas

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