AYPATE Y EL ORO AYABAQUINO

El gobernante llamó a los pobladores y les comunicó de lo acordado con su hija. No demoraron en llegar los aspirantes con sus enormes venados atados con toscas sogas y que al ser revisados todos presentaban alguna herida: una pata golpeada, rasguños en el cuello, un cuerno roto o cualquier otra herida. Cuando todo parecía perdido, a lo lejos de la plaza se divisó a un joven vestido de blanco acompañado por un gran venado que caminaba tranquilamente a su lado llevando una carga de cuerdas y lazos sobre el lomo. De los cuernos del venado como del rostro del joven irradiaba una brillante luz como la del sol.El único lazo que sujetaba al venado era un cordón muy delgado que más parecía un adorno y hasta ese entonces era el único venado que no presentaba heridas.El joven transitaba de casualidad por esos lugares, pero el gobernante lo llamó y lo consideró como el ganador, razón por la cual los competidores se opusieron diciendo que el no estaba en la competencia y que seguro había criado el venado desde pequeño. Pacha Sonqo dejó su lugar, se acercó, al joven lo saludó y le preguntó si deseaba tomarla como esposa y ser el gobernante de su pueblo. Él respondió que se sentía muy agradecido por esa consideración, pero que él no era un guerrero ni estaba acostumbrado a gobernar y que apenas si podía gobernarse asimismo. En ese momento y más motivado aún por lo que escuchó del joven, el gobernante sabio tomó la palabra y con voz quebrada dijo: “El dominio de uno mismo es el más difícil de todos los gobiernos" con esta frase expresó su aprobación al matrimonio. Ordenó a los sacerdotes que le den su bendición. Los feroces guerreros y cazadores vestidos con pieles de puma y osos, cinturones de serpientes, plumas de cóndor y con cabezas trofeo, protestaron enérgicamente y tras unos gritos de inconformidad soltaron a sus venados para dejarlos ir, pero el joven tejedor al ver que los venados se iban heridos emitió un alto sonido como un canto e hizo que los venados se detuvieran, mirándolo al joven respondieron con un suave balido acercándosele e inclinándose a su lado.El joven los recibió y se los entregó a sus dueños, los feroces guerreros se despojaron de sus armas arrodillándose ante él, reconociéndolo como su señor. En ese momento hasta la naturaleza se alegró brindando un beso de lluvia a la tierra. Los jóvenes se casaron y organizaron un gobierno sabio y justo, dejando muchas enseñanzas. Así empezó una larga época de paz y felicidad en la tierra de los Guayacundos Ayahuacas con su fundador conocido como Llapa Atiq (El vencedor) Aipa Atiq (El que alcanza lo más alto) o AYPATE. Este personaje tuvo la gran sabiduría de gobernarse a sí mismo y poder dominar la naturaleza en perfecta armonía Hombre - NaturalezaHay que recordar que el arte supremo de gobernar es: "ganar batalla sin causar muertes, vencer sin agredir, gobernar es estar en plena armonía con la naturaleza sin destruirla."
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