ADMINISTRACIÓN ECLESIÁSTICA


  1. Entre los bienes que Dios nos ha confiado se hallan los talentos o dotes naturales. Algunas personas, como los siervos en la parábola (Mt 25:14-18), han recibido mas que otros, pero todos tenemos talento para algo. Lo hemos recibido de Dios, con la responsabilidad de ponerlo al mejor uso posible para su gloria y para el bien de la humanidad.

  1. Algunas personas creen que no tienen talentos. Esto es porque les hace falta descubrir los talentos latentes, o capacidades no utilizadas, las aptitudes dormidas, que tienen dentro de si. Dios tiene un plan para cada uno de sus hijos. Nos ha dado los talentos necesarios para él éxito en las actividades correspondientes a ese plan.

  1. Nadie nació sabiendo. Si no le sale bien la primera vez que intenta una actividad nueva, no se de por vencido. Si es algo que le interesa o le conviene en su trabajo para el señor, siga con paciencia. A la medida que aprovechamos las oportunidades y empleamos bien los talentos que Dios nos ha dado, el nos da habilidades adicionales y responsabilidades mayores en su reino. Nos recompensara también por nuestra fidelidad.

  1. Podemos hacer con los talentos una de estas cuatro cosas: primero esconderlos, tal como lo hizo el siervo negligente en la parábola. Secundo usarlos para el diablo y la perdición de las almas. Tercero usarlos únicamente para nuestros propios beneficios y finalmente la cuarta cosa es que podemos dedicarlos a Dios para adelantar su causa y servir de bendición a la humanidad. 

  1. Dios llena a sus siervos con el Espirita Santo para capacitarlos, no solamente para la predicación, sino para cualquier responsabilidad en su obra. Pidamos esta capacitación y usemos nuestro talento para Dios de tal forma que algún día podamos escuchar su: “bien, buen siervo y fiel...entra en el gozo de tu señor.”

  1. Empezamos el día consultando con Dios sobre las actividades que él nos quiere señalar. Nos dedicamos nuevamente a él y recibimos su ayuda para cada día. Hacemos esto en las devociones particulares y también en el culto familiar, reuniendo a la familia para leer la Biblia y orar antes de ir al trabajo o a la escuela.

  1. Para sacar mejor utilidad del tiempo podemos hacer un horario. Apuntamos el empleo actual de cada hora del día, luego lo reajustamos en los lugares donde los minutos podrían rendir mejor provecho. A veces tenemos que sacrificar algunas cosas de poco valor para dar mas tiempo a actividades que son de valor eterno.
      Cada horario se tiene que ajustar según las circunstancias individuales.

  1. Algunas personas dan el diezmo de su tiempo, como de su dinero, para el Señor. No hay regla al respecto. Por supuesto, cuando uno paga el diezmo de lo que gana al Señor, esta dando a Dios una hora de cada diez que trabaja.
Dedicamos a Dios de una manera especial el domingo, el día del Señor. Reposamos, en lo posible, de los trabajos materiales y pasamos el dia en la obra del Señor y en comunión con él.

  1. El hacerle esperar a otra persona en una cita es malgastarle el tiempo y robarle un poco de su vida. Alguien ha dicho: “El ser puntual no es ser esclavo del reloj, sino es no quitar de otro lo que no se le puede dar, el tiempo.”
Procuremos ser considerados con el tiempo de los demás y enseñemos a otros. En los cultos también es importante ser puntual, empezar los cultos en la hora anunciada. En el trabajo también debemos respetar el tiempo de otros.

  1. No administremos el tiempo egoístamente. Demos de nuestro tiempo para el bien de otros. Ayudemos a los que necesitan nuestra ayuda, empezando por casa.
Seamos equilibrados en la administración del tiempo aprovechándolo bien. Cumplamos con nuestras responsabilidades y cuidemos del bienestar físico, mental y espiritual.

  1. El hogar cristiano bien administrado es una de las mayores bendiciones que existen en la tierra. El primer paso para administrarlo bien es reconocer a cristo como cabeza y actuar en todo de acuerdo con esto.

  1. Es la responsabilidad de los padres velar por las necesidades de los suyos, en lo espiritual y en lo material. No se debe dejar a la familia abandonada, ni aun para salir a predicar el evangelio. Se trabaja para alimentar, vestir, poner a los niños en la escuela y satisfacer sus necesidades.

  1. Dios desea bendecir nutro hogar ricamente, pero para recibir estas bendiciones, es necesario que haya en él la obediencia, la rectitud y el amor de Dios. Si los hijos no aprenden a obedecer a sus padres, ¿cómo aprenderán la obediencia a Dios?.

  1. Dios desea que el hogar cristiano sea un ejemplo del reino de Dios sobre la tierra. Los vecinos deben ver en él un testimonio de lo que hace el evangelio. Debe ser una demostración continua de las virtudes cristianas: el amor, el gozo, la sinceridad y franqueza, la consideración de los unos para los otros, la paciencia frente a los problemas, la paz y la fe.

  1. La hospitalidad para los obreros del Señor trae bendición al hogar y extiende el reino de Dios. Hospede al evangelista durante una campaña. Comparta su hogar con un obrero mientras él abre un campo nuevo. Invite al pastor y su familia a comer en su casa. Socorra al necesitado.


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