LA QUEBRADA DE MANGAS

Me cuenta mi abuelo que una vez cuando él viajaba por la ruta de Ayabaca a Olleros, escucho de unos viejos amigos que en la quebrada de Mangas había una casa junto al puente, en aquel lugar donde la gente se tomaba su tiempo para descansar y ver la linda quebrada, tomando el cristalino liquido, se apoyaban, miraban el panorama de su paisaje y el sonido de su quebrada.
Él me contaba que allí en esa casita había una familia que pocas veces salía de aquella casita, era gente poco conocida.
Me contaba que un día llego un señor por esa ruta, llego muy tarde a eso de las 12:00 pm, se sentía cansado aquel hombre por la caminata que había hecho, toco la puerta de aquella casita donde había un brillo de luz, con un hachón (vela artesanal) se alumbraba; bueno el señor toco la puerta de aquel lugar, le abrieron, de pronto un señor tan amable lo atendió, se presento y lo invito a pasar a su casa iluminada, conversaron le invito de su cena y descansaron.

Al otro día el señor dueño de aquella casita salió, se fue a su chacra y aquel hombre que había llegado de posada, no salió, nadie lo vio, pasaron días y no se sabía nada de él, misteriosamente se desapareció. Paso el tiempo y otra persona fue a pedir alojamiento en aquella casita, producto del cansancio un forastero sin saberlo pidió posada en aquel lugar, sin saber que sería el alimento de aquel señor, decían que les cortaba su cuello. A eso quería llegar, misteriosamente las personas que llegaban a ese lugar desaparecían y no sabían por que, aquel lugar lo bautizaron como el lugar "donde se desaparecía gente", decían que el hombre se los devoraba, era un caníbal. Será una leyenda urbana de Mangas o la realidad.

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